Antes de nada, quisiera dejar en
claro que esta entrada no tiene tintes políticos. No estoy a favor ni en contra
de nadie. Está redactado exclusivamente desde un enfoque a la persona, no al
candidato.
En vísperas de elecciones
políticas, hemos podido presenciar toda clase de ataques entre partidos
políticos: acusaciones de corrupción, mal manejo de fondos, fraude, entre
otros.
En las redes sociales no se hacen
esperar los famosos “memes” en alusión a los candidatos, ya sean a la
presidencia, alcaldía, diputado o representante. En ellos hacen toda clase de
bromas y señalamientos a modo de burla.
Sin embargo, esta vez me voy a
enfocar en una broma en particular: la acusación a un candidato presidencial de
ser homosexual.
Personalmente, me parece mal que
esto sea motivo de burla. No solo porque violenta los derechos humanos y losderechos LGBTI sino porque se está hablando de un tema que es netamente íntimo
y personal.
Empezando porque
independientemente de que sí este candidato a la presidencia es o no es
homosexual, este tipo de comentarios a modo de acusación o calumnia, están
totalmente fuera de lugar. ¿Acaso por ser homosexual no es apto para ocupar el
cargo presidencial?
Repito, no estoy a favor o en contra de nadie.
Vivimos en una sociedad donde
aparentemente decirle “maricón”, “gay”, “cueco” u “homosexual” es motivo
suficiente para desprestigiar a una persona y dejar en claro de que no es
merecedor de algo por el simple hecho de tener un gusto sexual diferente.
Se ha comprobado ya,
científicamente, que la homosexualidad no es una enfermedad, y que no hay
relación alguna entre el ser gay y el desarrollo mental. Una persona hetero y
gay tienen exactamente las mismas capacidades de análisis y cognoscitivas, en
donde lo único que podría ser un determinante es la formación educativa.
No en vano los grupos LGBTI han
luchado durante años para exigir la igualdad de derechos, el respeto a su
dignidad y a su persona. Es justamente por este tipo de pensamientos que ellos
luchan.
A lo largo de la historia hemos
visto personajes que a pesar de su preferencia sexual, han marcado tendencias y
han hecho historia: músicos, filósofos, escritores, poetas, deportistas,
actores, actrices y políticos.
Y esta preferencia no ha sido
motivo para dejarlos de leer, dejar de admirar sus majestuosas actuaciones en
las películas, dejar de asistir a sus conciertos, evitar emocionarse con sus
poemas o llorar sus logros deportivos.
Y es que como podemos ver es un
tema de forma, no de fondo. Solamente con el ejemplo anterior puedo dejar en
claro que para la brillantez y calidad humana, ser o no ser homosexual deja de
ser importante, es más, se convierte prácticamente en un detalle irrelevante.
Antes de hacer de la
homosexualidad una burla, debemos reflexionar si en realidad es un motivo para
que lo sea. No sólo atentamos contra la integridad de una persona con adjetivos
que puedan o no ser verdad, sino que también ridiculizamos y minimizamos de
manera ofensiva a aquellas personas que sí son homosexuales y que bien pueden
estar luchando por sus derechos o luchando para llenarse de valor y salir en un
mundo lleno de prejuicios.
Trabajemos para construir una sociedad llena de respeto sin burlas, ni rechazo.
Andreina Sistiaga
Andreina Sistiaga
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